Este tampoco será el año.

Todo aquel que le guste el fútbol internacional sabe la historia del Olympique de Lyon. Un equipo al que el nuevo milenio le cambió su historia. Jean Michel Aulas había llegado a la presidencia en 1987. pero fue en 2001 donde el Lyon comenzó a destacar logrando un subcampeonato, desde entonces, los seis campeonatos han ido a parar a Lyon, el último de ellos, fue la victoria más cómoda, fácil y pronosticable en todas las grandes ligas de Europa, junto a la del Inter. La celebración del título fue bastante poco emotiva, la gente ya está cansada de la Ligue 1, ya no les motiva ser los reyes de Francia, quieren más. El Lyon ansía la Champions League, tanto como cualquier valencianista que sufriera amargamente las finales de París o de Milán, cualquier aficionado al Lyon ansía tanto la Champions como Roman Abramovich, o como cualquier atlético que llorara con el gol de Hans-Georg Schwarzenbeck.

Este año, parecía que podía ser el año bueno. Es cierto, las bajas de Caçapa, Tiago, Abidal y Malouda, no son una gran carta de presentación, pero los fichajes de Anderson, Bodmer, Keita o Fabio Grosso, deberían corregir la errata de la carta de presentación. Si a esto le añades la explosión de dos talentos como Ben Arfa, y especialmente Benzema, delantero centro de 20 años, con un golpeo fabuloso con ambas piernas, internacional absoluto y con todo para convertirse en uno de los grandes de Europa en unos años, el Lyon no debería tener menos posibilidades que los años anteriores. Además Alain Perrin abandonaba el Sochaux, para relevar a Gérard Houllier, al no considerarlo la gente capacitado para hacer algo grande en Europa.

Así pues, el Lyon se plantaba en la fase de grupos dispuesto a hacer algo grande, dispuesto a que ningún PSV (2005), Milan (2006) o Roma (2007) se crucen en su camino a París. Pero peor no podían haber empezado las cosas, se encuadraban en un grupo con el Barça (uno de los grandes favoritos), el Stuttgart (actual campeón de Alemania, pero que tenía todas las papeletas para fracasar este año) y un Glasgow Rangers que a priori iba a ofrecernos grandes ambientes en Ibrox Park, todo pintaba bien para que el Lyon pasara fácil y se centrara en los dos enfrentamientos ante los culés para ver si eran capaces de arrebatarles el primer puesto como el año pasado al Real Madrid.

Nada más lejos de la realidad, un Lyon flojísimo, se dispone a afrontar los últimos cuatro partidos del grupo con 0 puntos a favor, 0 goles a favor, y 6 goles en contra. En el Camp Nou, lo lógico era perder, pero no de una forma tan aplastante, pero después jugarían el que debía ser su encuentro más fácil, pero un buen Glasgow Rangers, muy ordenado y muy bien definiendo arriba, pone contra las cuerdas a un Lyon, al que los postes no le dejaron al menos maquillar el resultado.

Mucho va a tener que trabajar el Lyon si quiere pasar a octavos de final, yo personalmente pienso que estará, no creo que el Rangers, que actualmente tiene 6 puntos más que el tercero, y que ha dado un paso de gigante para clasificarse, logré finalmente avanzar ronda. El Lyon no puede permitirse ni un fallo más, como mínimo debe ganar 3 partidos y empatar uno, bien complicado parece, ya que ganar en Stuttgart o en Ibrox no será fácil, y mucho menos ganar al Barcelona. Más duele todavía, si ves que el otro Olympique, el de Marsella, se convierte junto a Rangers y Shakhtar en uno de los equipos que están dando la campanada con 6 puntos de 6 posibles. Veremos si la afición del Lyon puede soñar unos meses más con volar a Moscú, o si a partir de diciembre tendrán que centrarse un año más en la fácil y aburrida Ligue 1.